No tienes que romper con todo ni desaparecer del mundo para reconectar contigo. A veces, solo necesitas ajustar el foco. Volver a ti es eso: ajustar el lente con el que te miras, te hablas y decides. Y aunque suena complicado, se puede traducir en pasos muy sencillos.

Aquí te dejamos 7 formas reales, amables y sostenibles de hacerlo.

Cómo volver a ti

1. Hazte una pregunta al día

¿Qué necesito hoy?

No siempre lo sabrás, y está bien. A veces la respuesta será “descansar”, a veces “poner límites”, y a veces “comer algo rico”. Lo importante es preguntártelo. Y escucharte.

2. Escribe para escuchar tu voz

No necesitas ser escritora, solo vaciar un poco lo que traes. Anota lo que sientes sin filtro ni juicio. Te sorprenderá lo mucho que tu cuerpo ya sabe, solo necesita que lo pongas en palabras.

3. Aprende a decir “no” sin explicación larga

“No puedo hoy.”
“No me siento con energía.”
“No quiero.”

No necesitas justificar tu bienestar. Practicar esto es incómodo al inicio, pero después se vuelve un acto de amor propio.

4. Haz algo para ti, todos los días (aunque sean 10 minutos)

Poner tu canción favorita, salir a caminar, cerrar los ojos, mover el cuerpo, cocinar sin prisa, leer dos páginas. Lo que sea. Pero que sea para ti. No para avanzar, no para cumplir, no para “ser mejor”. Solo para estar. 

5. Deja de medir tu valor con lo que haces

Tu productividad no te define.
No tienes que hacer mil cosas para merecer descansar, amor o respeto.
Haz menos. Hazlo más lento. Hazlo por ti.

6. Redirige la comparación

Cuando te descubras comparándote con otras, cambia la pregunta:
¿Esto que veo me inspira o me presiona?
Y recuerda: lo que ves no es toda la historia. Concéntrate en tu proceso, no en el de los demás.

7. Practica el silencio (aunque sea raro al principio)

Silencio externo, pero también interno. Apaga el ruido. Baja el volumen de los “debería”. No llenes cada minuto. El silencio es incómodo porque revela. Y justo por eso, es sanador.

No tienes que hacer todo perfecto. Solo empezar por ti

No necesitas cambiar toda tu vida para empezar a cuidarte. Solo necesitas empezar. Un paso, un “no”, un respiro, un espacio. Lo importante no es hacerlo bien, es hacerlo desde ti.

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