¿Qué te dijeron que no podías hacer y hoy te das cuenta que sí puedes?
Dec 16, 2024
Por: Moni Durán
La escuela nunca fue mi fuerte. Era un reto constante, algo que me “costaba” bastante… y bueno, siempre me lo recordaban.
El otro día, en una clase de bici en un estudio, viví un momento que me llevó directo a mis años en primaria y secundaria. Era una clase de cardio, y yo simplemente fui a disfrutar, a liberar endorfinas. Pero durante la clase, la instructora no paraba de decirme: “Moni, no llevas el ritmo, ¡siéntate!”. Cada vez que intentaba pararme, ahí estaba ella para recordármelo: “¡Siéntate!”. Esto pasó al menos cinco veces, y en una de esas, mientras me sentaba, mi mente viajó al pasado.
Regresé a esas aulas donde los profesores me decían cosas como: “No puedes”, “Tu inglés no es bueno”, “Te costará mucho pasar a primero de secundaria”, “Necesitas clases particulares”. Año tras año, fui acumulando esas etiquetas. Me compré el papel de: “no soy buena en la escuela”, de: “necesito ayuda extra porque no entiendo”, de: “la música, los libros o el deporte no son para mí”.
Y aunque en el fondo sabía de lo que era capaz, esas etiquetas se quedaron. Me las puse como un traje, un disfraz que acepté sin cuestionar. Para no alargar mucho el cuento, aquí va la lista de clases que llegué a reprobar: música, arte, inglés, historia, física, matemáticas, deportes… prácticamente todas. Incluso desde kínder, los maestros llamaban a mi mamá preocupados por mis dibujos “diferentes” (¡jaja!).
Por dentro, siempre sentí que veía las cosas de otra manera, algo que ahora entiendo gracias a mi tipo de energía en Diseño Humano. Me doy cuenta de que, mientras las etiquetas me limitaban, mis verdaderos dones estaban ahí: crear proyectos, presentar ideas, hablar en público, imaginar emprendimientos. Todo aquello que reprimí entonces, hoy es lo que define mi vida y mi trabajo.
Gracias al Diseño Humano, comprendí que todos somos únicos y que no debemos reprimir nuestra esencia para encajar en lo que “debería ser”. Al contrario, debemos usar nuestra energía, nuestros dones y características para brillar y vivir una vida más fluida y auténtica. También aprendí que, aunque todos somos condicionados por la sociedad, podemos identificar estas influencias para manejarlas con mayor conciencia.
Por ejemplo, mi Diseño Humano me ha mostrado:
- Cómo aprovechar mi energía de guía, que hoy utilizo en todos mis emprendimientos.
- Cuáles son mis horas de mayor productividad y cómo sacarles provecho.
- La importancia de experimentar, caer y levantarme, porque aprendo mucho a través de la experiencia.
- Lo vital que son las conexiones y relaciones en mi vida (no es sorpresa que en la escuela lo social siempre fuera mi prioridad).
Mi reflexión es esta...
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¿Y si en lugar de decirle a alguien “no puedes”, les mostramos cómo sí?
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¿Y si en lugar de imponer etiquetas, sacamos lo mejor de cada persona?
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¿Y si entregamos herramientas que permitan a cada quien alcanzar su máximo potencial?
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¿Y si dejamos de decir “toma clases extras” y empezamos a enseñar cómo seguir los anhelos del corazón?
Cuando vives desde lo que eres, y no desde lo que te han dicho que deberías ser, todo fluye mejor. Te vuelves más expansivo, más auténtico, y puedes construir una vida que realmente amas. Pero, ¿qué significa “éxito”? Eso solo tú lo defines.
“Si permites que alguien sea quien realmente es,
y ellos te permiten ser quien tú eres, eso es amor.”
—Ra Uru Hu, creador del Diseño Humano
Conoce tu Human Design
En colaboración con Moni Durán, hemos creado un curso para que te conozcas mejor: Human Design: entiende tu energía y expande tu potencial.
En este curso conocerás los 5 tipos de energía de Human Design y descubrirás cuál es el tuyo para entender qué es lo que mejor te puede funcionar. Además una vez que hayas descubierto tu tipo de energía, tendrás ejercicios que te ayudarán a regresar a ti, a ver qué es lo que estás haciendo que va contigo y que ya no va contigo, para que vivas desde lo que realmente eres y ligero y no desde el DEBER SER.