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Día de Muertos: los altares como recordatorio de presencia y gratitud

arte bienestar cultura día de muertos Nov 04, 2025
altar de Día de Muertos en un espacio de Open House CDMX 2024

Cada año, cuando llega noviembre, México se detiene para mirar a la muerte… y a quienes hemos perdido en el camino.

Entre flores, velas y aromas que despiertan memoria, los altares se convierten en un espejo de lo que ya no somos, de lo que queremos ser y de lo que aún queda por vivir.

Con motivo de estas fechas visitamos la propuesta que ofreció Open House CDMX el fin de semana, en donde recorrimos cinco altares instalados en espacios arquitectónicos icónicos de la ciudad. Cada uno representaba una forma distinta de entender la existencia: altares hechos con materiales reciclados que hablaban de renacimiento, ofrendas interactivas que invitaban a soltar, y homenajes que abrazaban nuestras raíces desde el maíz, la tierra y el vuelo de las mariposas monarca.

Más allá de un recorrido estético, fue un recordatorio profundo de honrar la muerte como una manera de volver a estar presentes en la vida.

 

Entre la memoria y la presencia

El Día de Muertos no solo celebra a quienes ya no están; también nos invita a reconciliarnos con el paso del tiempo, con lo que hemos perdido y con lo que seguimos sosteniendo en nosotros mismos.

En cada flor colocada, en cada fotografía, hay un gesto de amor y continuidad.

Es el recordatorio de que la vida no se mide solo por los días que vivimos, sino por el impacto que tenemos en los demás.

Al recorrer los altares este fin de semana, notamos cómo el bienestar también se cultiva en el arte de soltar con gratitud. En aceptar la impermanencia como parte natural de nuestra experiencia humana.

 

Ritual, belleza y conciencia

Los rituales —sean ancestrales o cotidianos— tienen el poder de devolvernos al presente.

Armar un altar, encender una vela o simplemente detenernos a recordar, puede ser un acto de sanación. En cada ofrenda hay un puente entre mundos: entre el cuerpo y el alma, entre lo tangible y lo invisible.

Celebrar el Día de Muertos desde una mirada consciente es también practicar espiritualidad: una que no busca respuestas, sino presencia; una que no niega el dolor, pero le da sentido.